Este tipo de terapia se centra en las relaciones funcionales que se producen y en los problemas actuales de la persona que sufre. Determinados patrones de relación tienen efectos adversos sobre la flexibilidad psicológica de la persona, por lo que se aborda su reestructuración para la mejora de la situación actual y para el aumento de la resiliencia.
Desde el enfoque contextual se pueden abordar una amplia variedad de trastornos, por ejemplo, Trastornos de Ansiedad (TOC, TEPT, TAG, Fobia Social, etc.) Trastornos de la Personalidad, Depresión, etc.